Para que el idioma se revitalice, hasta el 30 de mayo estará vigente la campaña ‘Adopta una palabra’, para luego hacer un diccionario popular.
Por Ángela María Collazos
Que hoy se celebre el Día del Idioma Español no es una casualidad. El 23 de abril coincide con la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare, dos razones de peso para suponer que esta fecha estaba destinada para dedicársela a las letras.
Con el ánimo de engrandecer la lengua española y el dialecto colombiano, Rtvc, Radio Nacional Televisión de Colombia, está promoviendo hasta el 30 de abril la campaña ‘Adopta una palabra, hazla feliz, dale un hogar’, la cual invita a todos los colombianos a revivir esos términos, propios de los regionalismos y de las épocas de antaño, que sobreviven sólo en el vocabulario de los abuelos.
Paula Arenas, asesora de contenidos de Rtvc explica que la idea de la campaña es “hacer un registro de lo que es la sociedad colombiana a través del lenguaje, debido a que este da cuenta de dónde venimos, de la región donde crecimos y es una manera de recopilar esas memorias”.
Además de motivar a la gente a que recuerde esas palabras, muchas en vía de extinción, el objetivo es crear un diccionario lejos de los formalismos de la Real Academia Española, cuyos términos deben pasar por una serie de estudios para ser avalados. Este será un diccionario cercano a la gente y a su forma de expresarse, sin ninguna intervención de expertos, pues según Arenas estas “no son palabras que se enseñen en el colegio o que se puedan leer. Son palabras orales, esas que la gente te grita en la calle, el verdadero lenguaje”.
Pero, ¿por qué la manera como hablamos va a cambiando a través de los años y hay palabras que ya poco utilizamos? Los expertos indican que por tratarse de palabras que se transmiten de voz a voz sin tener un registro, es una de las causas por las que se vuelven pasajeras.
Para el profesor Cleóbulo Sabogal el idioma es un organismo vivo en constante evolución y es un fenómeno normal que hayan términos que caigan en desuso. “Sin embargo, siempre nacerán nuevas palabras ya que la riqueza léxica de un idioma es inagotable”. Además afirma que la campaña incentiva en los jóvenes la necesidad de enriquecer su vocabulario, que cada día es más pobre y limitado gracias a los medios instantáneos de comunicación.
La tecnología, de alguna manera, ha causado que se pierda el encanto de la conversación y de la poesía; la gente ya no saborea las palabras sino que han hecho del idioma algo funcional.
Y por supuesto, el consultor idiomático del Canal Caracol aceptó el reto de adoptar una palabra ya poco usada: 'mequetrefe', que significa hombre de poco provecho.
Cómo adoptar una palabra
Para darle vida a una palabra habría que agregarla al vocabulario cotidiano, tarea fácil siempre y cuando se conozca su definición. Por ejemplo, la palabra 'afugia', que quiere decir desasosiego, ansiedad o afán, podría sustituir la común expresión “no te afanes” por “no te afugies”. O la palabra 'albricia', cuyo significado es 'noticia', que podría ser empleada en la expresión “te traigo albricias”.
Una de las 3.000 palabras que se espera esté en el diccionario es 'inmarcesible', término contenido en el Himno Nacional. Y aunque Shakira fue recientemente blanco de chistes en redes sociales por una equivocación en la interpretación del himno, vale la pena preguntarse si entendemos lo que cantamos. 'Inmarcesible' es una palabra tomada del latín que significa: que nunca se marchita. No se trataba de una palabra que utilizara la gente del común; la usaba escasamente una elite excluyente sólo de manera escrita en el Siglo XVIII y hoy se revive en el Himno colombiano.
Para el poeta caleño Jotamario Arbeláez un escritor debe tener la misión de no dejar perder estas palabras que con el paso del tiempo agonizan. Una de las palabras que más ha usado en sus escritos este apasionado del nadaísmo es 'encañengar' o 'cañengo', que significa “encarte o persona muy fea para el sexo opuesto”. Y si de adoptar palabras se trata le daría un hogar al término 'zarrapastroso', utilizado en su poema 'Venganza china': "Las novias que me abandonaron están casadas con zarrapastrosos”.
Según Arbeláez, el máximo representante de la literatura costumbrista, Tomás Carrasquilla, es indudablemente el gran recuperador de la lengua vernácula antioqueña, ya que “emplea una exótica terminología castellana en versión paisa que es impresionante”.
Dicen los expertos que Carrasquilla, un memorioso que se crió en medio de la tradición oral, escribía sus relatos tal como se los habían contado y perpetuó el habla popular de la época en sus novelas.
El idioma es cambiante y muchos términos que hoy en día se utilizan son resultado de los errores que ha cometido la gente del común haciendo malas copias o malas pronunciaciones, ya que las palabras se aprenden fonéticamente dando origen a nuevas expresiones y significados. Por ejemplo, el término 'chichipato', que según la RAE significa “persona que hace pequeños negocios” y coloquialmente, significa 'tacaño', viene de la evolución de la palabra 'pichicato', que se usaba hace 20 años. Y a su vez, ésta tiene su origen en el vocablo italiano pizzicato, que traduce pellizquito, una forma musical de tocar violín.
Para la lingüista caleña, Ana María Díaz, “los significados cambian todo el tiempo y el diccionario de la RAE no alcanza a ir con la marcha del cambio, por eso el significado de una palabra es la que le damos los hablantes”.
La campaña 'Adopta una palabra' ha sido todo un éxito porque ha incentivado de manera emotiva a que la gente aporte sus experiencias lingüisticas. Pero como en todo, la finalidad de la campaña también tiene sus detractores como el ensayista y novelista, Héctor Abad Faciolince, quien asegura que “si una palabra se muere, hay que dejarla descansar en paz. No creo que la lengua que hablamos se pueda dirigir de ninguna manera, porque la lengua es rebelde y sigue siempre su camino”.
Según el escritor colombiano, las campañas sirven para que la gente hable de un modo consciente y para él la lengua debe fluir insconscientemente y serena. Para dar un ejemplo, se refiere a la palabra 'conticinio' considerada por él una palabra muy hermosa del español, que significa “momento de la noche en el que cesa todo ruido. Pero, ¿cuánta gente sabe lo que quiere decir conticinio? Si la uso, no me entienden”, concluye el autor.
Finalmente, el diccionario que hoy se está presentando preliminarmente en la XXV Feria Internacional del Libro de Bogotá y que se cerrará el próximo 30 de abril, será un testimonio de lo que fuimos y somos, y vale la pena tener un registro de esa historia lingüistica genuina, del que los autores seamos todos los colombianos.
Para unirse a la campaña puedes enviar tus palabras vía Twitter a: @elpaiscali o a @senalcolombia - #adoptaunapalabra. O por Facebook a: senalcolombiapaginaoficial o diarioelpaiscali
El diccionario puede consultarse en bit.ly/adoptaunapalabra o http://www.senalcolombia.tv/
Para adoptar
- Atisbe: observe, esté pendiente.
- Bregar: intentar muchas veces.
- Casquivana: mujer libidinosa.
- Díscolo: necio, malicioso, rebelde.
- Escaparate: armario.
- Famélico: hambriento, delgado, flaco.
- Gallada: grupo de amigos.
- Hierático: cuya expresión no deja adivinar sentimiento alguno, cara de póquer.
- Imparajitable: inevitable, forzoso, sin excepción.
- Juete: cuerda, látigo u otro implemento usado para golpear.
- Kikato: niño pequeño.
- Líchigo: algo pequeño, miserable, tacaño.
- Maula: adjetivo que significa que una persona se hace el tonto para no ayudar a alguien que está necesitando.
- Misiá: forma de refirirse a una mujer, similiar a doña.
- Ñuco: alguien que se viste con mal gusto.
- Ósculo: beso.
- Pelafustán: alguien insignificante.
- Pereque: complicación, enredo.
- Quicio: parte de la puerta o la ventana en la que se aseguran las bisagras.
- Rimbombante: ostentoso, llamativo.
- Sopetón: sorpresa, algo inesperado.
- Ufanar: presumir o engreír.
- Viringo: desnudo, sin ropa.
- Yeyo: desmayo.
Publicado el 23 de abril de 2012, diario El País, Cali, sección Vé.
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